Por: Vadik Barrón John Jairo Junieles es uno de los poetas colombianos más reconocidos. Este año participa del Festival de Poesía Latinoamericana Latinale en Berlín. Ciberandes conversó brevemente con él.
Ciberandes: ¿Cómo se da tu participación en esta edición de Latinale y tu llegada a Berlín?
John Jairo Junieles: Pues la verdad estoy muy sorprendido por el privilegio de estar acá. Creo que todo hizo parte de un proceso, yo soy amigo de María I. Schulz, quien hace parte del colectivo que trabaja la revista Alba, que circula por toda Europa en edición bilingüe alemán-español. Con ella he mantenido un contacto como escritor, como periodista y hace algunos años ella trajo para Berlín mis libros, que llegaron a manos de algunos escritores hispanistas. Les interesó algo de mis cuentos y de mi poesía y bueno aquí estoy, muy contento de descubrir una ciudad maravillosa que creo ha aprendido las lecciones del pasado, de la historia. Quien lo ha perdido todo aprende a valorarlo todo. Entonces estoy asombrado de toda esta riqueza cultural, de las simbologías dispersas en la ciudad, de la amabilidad de la gente, es una ciudad que dan ganas de caminarla y caminar una ciudad es descubrirla, perderse en ella y encontrarse en ella.
Ciberandes: ¿Cómo vives el encuentro con otros poetas en estos festivales literarios?
J.J.J.: Es fantástico. Me conozco con muy pocos y precisamente la importancia de eventos como este es encontrar nuevas voces, voces muy significativas, muy interesantes, que tienen muchas cosas que decir y a través de nuevas formas de decir. Como todos los seres humanos somos incompletos, es maravilloso completarse en las preguntas de los otros, en la obra de los otros, en los hallazgos de los otros, para eso es la literatura, para sentirse menos solo en nuestras preguntas, en nuestras búsquedas. Por eso hay que olvidarse de los géneros, el cuento, la poesía, la novela, el ensayo, hay simplemente la poesía que está presente en muchas formas, en el cine, en una obra pictórica, en la danza, en la música, en la conversación de unos amigos en una esquina discutiendo un partido de fútbol, la poesía está presente en todas partes y es lo que de alguna manera nos salva de la realidad. El noventa por ciento de lo que vivimos es realidad. Lo otro poco es poesía, pero precisamente es importante porque es poca, porque es fugaz, porque llega cuando menos la esperamos.
Ciberandes: En ese sentido, ¿cuál ha sido tu búsqueda como autor?
J.J.J. Pues la búsqueda empezó y nunca va a terminar, todos los días uno descubre cosas nuevas que lo asombran y van completando las ideas que tiene uno. Si pienso en mis orígenes está la televisión y el cine que veíamos por la televisión. En el conversatorio de Jena decía que para mí fue muy importante “Tom Sawyer”, pero lo vi en televisión, luego me di cuenta que había un libro que se llamaba [Las aventuras de] “Tom Sawyer y Huckleberry Finn” (N.R.: Mark Twain) y fue la televisión la que me despertó la curiosidad por el libro y luego ya me quedé en el libro. Me di cuenta que en el libro había muchísimas más cosas que en el programa de televisión que duraba media hora. Entonces creo que no hay que tenerle miedo a las formas de expresión, a los medios de comunicación. Ahora por ejemplo hay muchas cosas digitales, páginas web interactivas, los juegos multimedia, todo eso, si está bien encaminado, si responde a una búsqueda real de alguien, vale la pena.
Un viejo vecino de Longueville invita a Nicole Kidman
Ven desde tu tierra roja, desde tu refugio allá en la vieja casa de Longueville, donde mordías la tela de una muñeca pensando en cosas lejanas. Entonces yo era tu vecino, un patio y dos mundos más allá.
Aparta la cortina que te separa, asómate, deja que la luz se arrodille y el mundo se abra como un mantel ante tus ojos, que hacen olvidar el paso de las nubes. No es el cielo que cae a pedazos, son tus ojos, la delgada marea de sus párpados; es como ver el mar, y el mar nunca es igual dos veces.
Mis pies conocen el paisaje de tu espejo, soy la sombra que ves pasar mientras te peinas. Soy quien te llama cuando nadie te está llamando. No tengas miedo, yo también aprendí a leer a Emily Dickinson en voz baja, y a no cerrar los ojos de la nuca en ciertas calles.
Un hombre que va solo al cine te está esperando. Existe en este mundo una ciudad, una esquina, una puerta que espera tus nudillos. Nadie recuerda el nombre que pronuncia mientras sueña, yo sí, es tu nombre, que suena como el viento en valles y estaciones apacibles. Ven y dile adiós al frío, a tus mejillas color de tarde derrotada.
Te enseñaré cómo se cazan las mariposas, y haré que nazcan plumas en tu espalda.
Para conocer más sobre este autor visita: johnjairojunieles.blogspot.de
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